Roger Federer junto a Peter Carter |
Basilea, Suiza.- Roger Federer ganó 99 títulos, 20 de Grand Slam al día de la fecha. Al tiempo que sumó 310 semanas como Nº 1 del mundo. El helvético tuvo que transitar un largo camino para llegar a ser el de hoy en día.
Talentoso como pocos pero molesto cada vez que aparecía un error. El suizo de chico estuvo en esa delgada línea entre talento e inconsistencia. No se permitía fallar una bola, si lo hacía estrellaba las raquetas sobre el piso.
Peter Carter, uno de los mentores de Federer |
Roger trabajó con Peter hasta el 2000, año en el que incorporó al sueco Peter Lundgren a su grupo de trabajo. En el 2002, llegó el punto de inflexión que impactó y fortaleció al `Expreso Suizo´. Carter murió a los 37 años en un accidente de tránsito en Sudáfrica.
Federer sintió el golpe. “Habíamos pasado mucho tiempo juntos desde que yo era niño, lo veía cada día cuando era chico. Ha muerto tan joven y de forma tan inesperada. Peter era muy calmo pero también divertido. Nunca le podré agradecer lo suficiente todo lo que él me dio. Gracias a él, ahora tengo mi técnica y serenidad”, afirmó el helvético ante los medios tras enterarse de la trágica noticia.
Federer en el Australian Open |
Robert Carter, padre del difunto australiano, en una entrevista que concedió en el 2003 afirmó que vio muchas similitudes entre su hijo y Roger: “Mi hijo tenía la misma serenidad que Roger. Todo el que conocía a Peter le tenía en la más alta estima. No había nadie en este planeta al que le haya escuchado una mala palabra sobre mi hijo. Igual sobre Roger y estoy seguro que eso no es una coincidencia. Puedo ver a mi hijo en el juego de Roger. Ese saque y volea y ese slice, así jugaba Peter. Estoy seguro que así es cómo le enseñó mi hijo”, aseguró el progenitor del excoach del suizo.
Federer tuvo algunos altibajos. Muchas veces jugó con lágrimas en sus ojos y cayó en las primeras y segundas rondas de los torneos que disputó. Luego reunió fuerzas y comenzó a mejorar, para dedicarle sus progresos y logros a su entrenador. En el 2003, se coronó campeón en Wimbledon. Luego de eso rompió en llanto al recordar a Peter Carter, uno de sus mentores, un hombre que dejó una huella perfecta en el tenista de Basilea, que lo seguirá teniendo presente por siempre.
Por Javier Panzardo | Twitter: @Javier_Panzardo
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