lunes, 8 de agosto de 2016

Hace 35 años nacía Roger Federer

Un 8 de agosto de 1981 nacía Roger Federer en Basilea, Suiza. Un fuera de serie que supo conquistar los corazones de millones de aficionados alrededor del mundo, los cuales siguen suspirando por verlo ingresar a una cancha de tenis.


De muy joven ya era talentoso, pero tenía un grieta muy pronunciada. Su inconstante carácter lo hacía enfurecerse al cometer un error, ya sea en un partido o entrenamiento. No se permitía fallar una bola, tenía que ser perfecto para no frustrarse.

Con los años fue madurando y utilizando toda su energía a su favor; en eso tuvo mucho que ver su difunto entrenador australiano Peter Carter (lo entrenó entre 1991-2000), quién le supo insertar la tranquilidad que le faltaba a su juego.

En el 2001, a los 19 años dio un golpe de efecto al vencer al todopoderoso Pete Sampras en Wimbledon, siete veces ganador en el All England. Ese fue el traspaso de mandos. A los dos años, el suizo obtuvo su primer Major, justamente en la Catedral del Tenis.


Muchos récords históricos logró Federer, 302 semanas como Nº 1 del mundo (237 fueron de forma consecutivas), al tiempo que conquistó 88 trofeos, 17 de Grand Slam. En los Juegos Olímpicos de Londres 2012, ganó el oro olímpico en la modalidad de dobles con Stan Wawrinka, mientras que dos años más tarde, conquistó la Copa Davis con Suiza.

No solo asombra su sapiencia y tenacidad a la hora de alcanzar marcas, sino que también iluminó por su estilo y elegancia de juego. Un jugador fino, con un saque y volea prodigiosas que enaltecieron su figura a nivel mundial. Sus pasos se asemejan al de un bailarín sobre la pista, con movimientos certeros y coordinados.

Como si fuera poco, el helvético siempre mostró valores muy sanos, mantuvo las formas, por lo que se ganó la admiración y respeto de todos. A sus 35 años Roger Federer está recuperándose de una lesión de rodilla, pero tiene pensado volver en 2017. 

Más allá de lo que pueda pasar, y como siga todo, sus fanáticos saben que el día que cuelgue su raqueta, su recuerdo quedará perpetuado en la eternidad, con una fiel sonrisa, testigo de todo el amor que supo despertar en millones de personas a lo largo y ancho del planeta.



Por Javier Panzardo | En Twitter: @Javier_Panzardo

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