En 1992 se jugó en Suecia la Eurocopa. Ese año pasó un hecho histórico en el fútbol. Dinamarca, Selección que fue invitada al torneo, terminó siendo campeón, para marcar una época legendaria y dorada para el deporte danés.
Foto: Getty Images |
Las ocho selecciones que jugaron el certamen fueron: Suecia -clasificada automáticamente por ser el seleccionado anfitrión-, Alemania, Francia, Holanda, Inglaterra, Escocia y CEI (Selección de fútbol de la Comunidad de Estados Independientes).
Yugoslavia (actualmente separada por seis repúblicas soberanas (Eslovenia, Bosnia-Herzegovina, Coracia, Montenegro, Macedonia del Norte y Serbia), era una de las selecciones clasificadas a la Eurocopa 1992, pero fue apartada por la Guerra de los Balcanes (guerras yugoslavas que se llevaron a cabo desde 1991 hasta 2001). Su lugar fue ocupado por Dinamarca.
Este torneo fue uno de los primeros que se jugó con los apellidos de los jugadores en los dorsales de las camisetas.
La Selección danesa logró juntar muchas estrellas, las convocó para potenciarse y poder jugar el torneo. El arquero Peter Schmeichel, Flemming Povlsen, Henrik Larsen, y los hermanos Brain y Michael Laudrup. Lars Olsen era el capitán del equipo. El entrenador danés Richard Moller-Nielsen, estaba convencido de que su selección, podía pasar de ser la invitada, a la campeona sorpresiva, en contra de todos los pronósticos.
Dinamarca estuvo en el Grupo A, igualó 0-0 con Inglaterra, fue derrotado 1-0 por el anfitrión Suecia y en la última fecha superó 2-1 a Francia con goles de Henrik Larsen a los 8´ y Lars Dalh Elstrup a los 78´. Con este resultado clasificaron a las semifinales del torneo.
En las semifinales, Dinamarca igualó 2-2 con Holanda, y se terminó imponiendo 5-4 por penales, por lo que lograron el triunfo en el resultado y el boleto para clasificar a la final del certamen.
El viernes 26 de junio de 1992, Dinamarca venció 2-0 a Alemania con tantos de John Jensen (18´) y Kim Vilfort (78´). El partido se jugó en el Estadio Nya Ullevi de Gotemburgo, 37.800 espectadores asistieron a la cancha. El suizo Bruno Galler fue el árbitro, el encargado de impartir justicia en el terreno de juego.
Así fue la historia, Dinamarca, la Selección invitada que terminó festejando, no fue a Suecia de paseo ni de vacaciones, fue a competir, a ganar y a ser campeón, para lograr el primer título de su historia.
Por Javier Panzardo | Twitter: @Javier_Panzardo
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